En México se han implementado 22 Alertas por Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) desde 2015, pero los feminicidios y los asesinatos de mujeres han aumentado. De enero a octubre de este 2022 se denunciaron 777 feminicidios, es decir los asesinatos de mujeres en razón de su género, 126 por ciento más respecto a los 343 registrados en el mismo periodo de 2015.
En lo que respecta a los asesinatos de mujeres, tipificados como homicidios dolosos, los casos pasaron de 161 entre enero y septiembre de 2015 a 248 en los mismos meses del presente año (54 por ciento más), de acuerdo con datos disponibles del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
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En total, se registraron seis mil 282 feminicidios y 19 mil 775 homicidios dolosos de mujeres en casi ocho años, es decir, en promedio nueve mujeres mueren de forma violenta al día desde que se activó la primera AVGM.
A la fecha suman 19 estados con AVGM activas, algunos de ellos solo con alerta a nivel municipal, los cuales son Baja California, Campeche, Chiapas, Colima, Durango, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Veracruz, Zacatecas.
En el caso del Estado de México, Guerrero y Veracruz se han activado dos veces las alertas para sumar más municipios debido al aumento de casos de violencia de género.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), a octubre de 2021 se habían evaluado 18 de las 22 alertas por violencia de género en las que sólo se habían cumplido 9 por ciento de las medidas recomendadas para inhibir la violencia a cabalidad; 86 por ciento se encuentran en proceso de cumplimiento o fueron parcialmente cumplidas, y cinco por ciento no se habían cumplido.
En el Estado de México, primera entidad en donde se activó la AVGM, la coordinadora de las Alertas de Violencia de Género, Adriana Velázquez López, señaló que la entidad cuenta con más de cien centros naranja donde se brinda asistencia jurídica, psicológica y de trabajo social a las mujeres víctimas de violencia y se cuenta con ocho refugios, una Casa de Transición y una Puerta Violeta, para el resguardo de las mujeres y sus hijos.
La entidad también cuenta con Centros de Masculinidades Positivas a través de los cuales se ayuda a los hombres generadores de violencia a modificar sus conductas, además de líneas de atención a la violencia de género, con las que se brinda asesoría jurídica y atención psicológica y la línea de Hombre a Hombre, en la que pueden solicitar apoyo profesional para el control de sus emociones.
Pese a lo anterior, el Estado de México es el escenario de múltiples casos de feminicidio, como el de la maestra Mónica Citlalli, quien fue localizada sin vida el 9 de noviembre en la carretera México-Cuernavaca, a la altura del pueblo Parres, en la alcaldía Tlalpan, Ciudad de México.
En el caso de Michoacán, las acciones de la AVGM consisten en la creación de una agrupación estatal especializada en Seguridad Pública para atender de manera exclusiva a las mujeres a través de las llamadas del 911.
Además, se crearon protocolos de actuación en materia policial y judicial para estos casos, se capacita a los transportistas del Estado, se realizan campañas permanentes de sensibilización y prevención de la violencia contra las mujeres y se fortaleció el Refugio Estatal.
Autoridades municipales de Morelia en 2020 pusieron en marcha la aplicación digital “Botón Naranja”, con la que una mujer puede usar su teléfono móvil para emitir una alerta a la policía cuando se siente en peligro. Esta clase de aplicaciones móviles han sido criticadas porque dependen de que el usuario o usuaria cuente con una red de internet, además de que el teléfono celular es el primer elemento del que suelen ser despojadas al ser víctimas de una agresión. Michoacán lleva seis años con la alerta activa.
En Sonora, la Alerta de Género fue activada el 20 de agosto de 2021 para sus 72 municipios, principalmente en Cajeme, Empalme, Guaymas, Hermosillo, Nogales y San Luis Río Colorado.
En la segunda entrega de los informes individuales del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2021, se detectaron irregularidades y deficiencias en el ejercicio de los recursos para la ejecución de proyectos de alerta de género del Instituto Sonorense de las Mujeres.
El documento presentado a finales de octubre indica que en tres objetivos específicos del proyecto para la Atención a mujeres víctimas de violencia en peligro de sufrir feminicidio, no se verificó que contaran con la totalidad de la documentación que sustentó el cumplimiento de éstos ni de las actividades específicas.
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Tampoco se supervisó que los ocho prestadores de servicios profesionales contratados acreditaran su capacitación en materia de derechos humanos y perspectiva de género, ni verificaron que los recursos autorizados para el proyecto se destinaran oportunamente al cumplimiento de los objetivos señalados en el Convenio de Coordinación con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
Especialistas en temas de género coinciden en que la violencia contra las mujeres no cede a pesar de las acciones que han intentado implementar las autoridades. Además señalan que se carece de castigos ejemplares contra los perpetradores; lo mismo que hace falta eliminar la cultura machista impregnada en la sociedad y los núcleos familiares.
“La violencia (contra las mujeres) no baja, el contexto sigue grave, y ahora lo que vemos es claramente patrones y aspectos que estaban ahí en los últimos años. En 2012 se asesinaban cinco mujeres, hoy se mata a 11 al día. Ha venido aumentando y me preocupa porque se generan muchos mecanismos, políticas, pero quedan cortas ante la problemática y las grandes deudoras son las Fiscalías”, dice María de la Luz Estrada, coordinadora ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
Por su parte, Elizabeth Martínez, presidenta de Familias Unidas por una Causa A.C., destaca que a pesar de que la violencia contra las mujeres viene de tiempo atrás, ha crecido: “En este tiempo, en este gobierno, sí hemos visto que se ha incrementado. ¿Por qué? Porque cualquiera puede desaparecer o matar a una mujer, mientras no haya un castigo ejemplar”.
Aunado a esto y a pesar de que las autoridades promueven políticas públicas para prevenir la violencia de género, persisten carencias, corrupción y falta de investigación del Ministerio Público y las Fiscalías, por lo que sigue la impunidad.
María de la Luz Estrada explica que se han hecho muchas acciones, como marcos normativos, protocolos y políticas públicas. Sin embargo, el problema es que no se implementan.
“No se evalúa, hay que fiscalizar. Pero también estamos ante contextos más complejos. La violencia contra las mujeres se tiene que revisar, ya está sobrediagnosticada, pero no se profundizan estos contextos graves que vulneran los derechos de las mujeres, o sea, el patrón cada vez más claro de desaparición, de feminicidio.
“Está muy diversificada la violencia. Si bien hay estados que no tienen la tasa tan alta de violencia, a lo mejor tienen otros tipos de violencias, como los asesinatos con características de feminicidios o desaparición (…) La cuestión es que el mecanismo funcione, se generen medidas adecuadas para poder erradicarla”, dice.
A esto agrega que se luchó porque fueran Fiscalías autónomas: “pero jamás hubo una reingeniería y pues se siguió con personal que es corrupto. Y por otro lado se han creado Fiscalías especializadas para atender los feminicidios, pero al final no tienen nada de especializado y siguen negándose, resistiéndose a acreditar las razones de género, que es muy importante acreditar para saber cuáles son esos factores que ponen en riesgo a las mujeres”.
La presidenta de Familias Unidas por una Causa puntualiza que se ha apoyado a las organizaciones civiles y algunas autoridades se han sumado a crear campañas de prevención, justo para que la mujer visibilice y no normalice este tipo de violencia, al igual que la creación del violentómetro, donde se puede detectar como sube el nivel de violencia.
No obstante, esto sólo es preventivo. “Pero cuando ya el hecho está, si necesitamos que haya un castigo, para que ningún hombre piense que se puede arrebatar la vida de cualquier mujer”, insiste.
Pero no todo queda en el actuar de las autoridades, también se debe erradicar la violencia desde los núcleos familiares, la sociedad, las escuelas, lo mismo que desde los lugares de trabajo.
Para evitar este tipo de violencias, se debe empezar desde casa; empezar nosotras como madres de familia a no fomentar el machismo, donde haya equidad tanto para los mismos quehaceres de la casa que los puede hacer el hombre o la mujer; donde la mujer no se sienta hasta que termine el hombre de comer o hasta que le sirva. Si debemos de cambiar esas costumbres, describe Elizabeth Martínez.
Con información de Francisco Valenzuela y Sandra Soraya Castro/El Sol de Morelia, Reyna Gámez /El Sol de Hermosillo y Elizabeth Ríos /El Sol de Toluca