Una vez más, Sergio Torres Félix escaló su nivel de crítica opositora hacia el Presidente de la República y la condensó en que solo le baje “dos rayitas” al brutal monumento a la soberbia que reverencia para no resolver los problemas que ahogan al país, y que en Sinaloa, ponen en riesgo la subsistencia de más de 30 mil familias de labradores del campo, y aparte, la seguridad alimentaria mexicana.
Su postura, la contextualizó en las movilizaciones y toma de la planta de Petróleos Mexicanos en el puerto de Topolobampo, Ahome, que despliegan ejidatarios y pequeños propietarios en aras de conseguir 7 mil pesos para la tonelada de maíz y 8 mil para la de trigo, que empezó a extender sus efectos y que apunta a radicalizarse.
El líder estatal de Movimiento Ciudadano en su conferencia del martes pasado, no escatimó subir el grado de cuestionamientos contra el Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador. Y sorprendió, incluso, que aunque señaló que el gobernador Rubén Rocha Moya debe ponerse al frente de las demandas de los hombres y las mujeres del agro, es a la Federación a la que le corresponde actuar en forma expedita y eficiente.
De la que exigió a “no dar más atole con el dedo” a la gente.
Hubo un detalle que llamó la atención a los presentes. Sergio Torres Félix propició un viraje en el sentido de que le ayudó a sacar con su pie derecho la bola de la cancha sinaloense.
De los espacios en que se mueve en el juego económico y político el oriundo de Batequitas, Badiraguato, lo colocó en donde a su juicio debe de estar. En el territorio del Ejecutivo federal.
Para concretar esta partida, expuso sus argumentaciones. Consideró que el tabasqueño que dirige los destinos de la Nación, no puede ni deba dejarse llevar por sentimientos de orgullo.
Dejó en claro que los arrebatos personales no tienen por qué anteponerse ante los apremiantes conflictos que requieren de resoluciones. Esta no se observa como una manera con la que estila actuar un estadista.
¿En dónde estuvo el nudo que el emecista vio?
En que la figura presidencial, desdeñó la propuesta de los agricultores sinaloenses, sonorenses y jaliscienses, que se cohesionaron en la lucha.
A la petición de que interviniera con los grandes industriales para que se ajusten los precios en la comercialización de la cosecha. Les contestó que no y complementó que “no quería pedirles favores”.
Fue el reflejo en cuerpo entero de una posición, de acuerdo al criterio del directivo del MC en la entidad, de total arrogancia.
Porque cualquiera en su lugar, con tal de sanear la problemática de un sector primario, como el sinaloense que tiene efectos más allá de las fronteras locales, no pensaría dos veces en negociar lo que se necesita por el bien de México.
Mientras, los males crecen.
El costo del anonimato por encima del de la fama.
No hay duda de que la cargada siempre está hacia quienes obtienen la victoria, porque la derrota nadie la quiere asumir. Y mucho menos, pregonar.
El caso de las estudiantes de Mazatlán, Génesis Ayón Loza, Samantha Carrasco Tovar y Nathalia Martínez González, encarna la prueba fehaciente de ello.
Fueron pocos las que voltearon a verlas cuando junto a la profesora que las encabezó en su sueño, Judith Rebeca González, apelaron a la caridad humana para completar el dinero que las pudiera llevar a Rumania, al Festival Internacional de Ciencia, Ingeniería y Educación.
De vuelta, cuando el mundo supo de su triunfo, la gran mayoría se lanzó sin pena a tomarse la foto con las exitosas y esforzadas alumnas de la preparatoria, José Vasconcelos.
Principalmente las autoridades de todos los niveles buscaron colocarse a su lado. Visiblemente, para hacer “caravana con sombrero ajeno”, tras el proyecto con el que concursaron y que denominaron Bioplástico de Camarón.
Asi es la condición humana y más lastimosa la de los políticos.
Los dos festejos del Día de Madres.
Como cada año, ayer se festejó el Día de las Madres y muchas damas disfrutaron de la convivencia que les prepararon sus seres queridos que aprovecharon la ocasión para reunir a la familia.
Los centros comerciales y los de comida, lucieron llenos y con largas filas en Culiacán y en otras ciudades del estado, que patentizaron que se hicieron sacrificios financieros para cumplir, mínimamente con la festividad.
Sin embargo, las buscadoras o rastreadoras no pudieron hacer un lado el dolor que les pegó desde que les arrebataron al símbolo que las hizo madres y que aparecen en las listas negras de desaparecidos, cuyo pesar no las deja conciliar el sueño.
Ni a otras que sufren violencia corporal, emocional o discriminación en sus hogares, en sus trabajos y en sus lugares de trabajo don el acoso es el arma que utilizan malos patrones y compañeros para pisotear su dignidad humana.
Para todas, nuestro sincero reconocimiento.