Michelle Rodríguez se considera a sí misma como una artista que vino a revolucionar, por lo que hoy celebra retratar su adolescencia a través de la serie La flor más bella, cuya protagonista es una chica que habita en la alcaldía de Xochimilco, lleva sus tradiciones a donde quiera que va y se acepta tal como es.
“Si de algo te sirve lo que he hecho, tómalo. Te paso la tarea. Sin buscar ser aleccionadora, primero a título personal puedo decir que me parece maravilloso que alguien se sienta inspirado o con el interés de escuchar a alguien que muchos años asumió que no podía ser escuchada”.
Parte de esta intención suya de cambiar las narrativas va encaminada a desarrollar la trama en el hogar de una familia de clase media y fiel a sus raíces, algo que no suele mostrarse en la televisión. Para ella es un orgullo, pues al tener en su mayoría a un elenco joven, lo percibe como una oportunidad de compartir sus tradiciones a las nuevas generaciones.
“Tener a jóvenes involucrados en esto es todavía mejor, que sea un cotidiano más allá de un choque cultural me parece muy amable, para que no sólo aprendamos a saber quiénes somos, sino también de dónde venimos. Es importante saber que la familia nos soporta, nos apoya y nos impulsa, que nuestros valores vienen desde casa, ahí lo retrata muy lindo”.
Para Michelle era también importante mostrar los usos y costumbres de Xochimilco, donde ella nació, incluido el certamen La flor más bella del ejido, del que ella fue parte.
“Hay dos cosas que me parecen muy importantes, primero cuando participé en el certamen deseaba mostrarle al mundo lo bello que es la tradición en Xochimilco, mi tierra, mi gente y mis tradiciones. No sabía que la vida me lo iba a cumplir”, agregó.
La flor más bella, cuya primera temporada fue coescrita por Fernanda Eguiarte y ya está disponible en Netflix, sigue la vida de Mich (Esmeralda Soto) una joven que sueña con ser actriz y, convencida de que es fabulosa, se abre paso entre las agitadas aguas de la preparatoria.
La también comediante asegura que la forma en que su protagonista resalta sus virtudes pese a que todo el mundo sólo nota sus fallas, se asemeja al deseo de rescatar los aspectos positivos de nuestro país.
“Pasa lo mismo con nuestra ciudad, de pronto en otros países se habla de la violencia, la inseguridad, el narcotráfico, que sí existen y son parte de, pero también tenemos lugares preciosos”.
“Tenemos un patrimonio cultural de la humanidad que está ahí para que vayan a visitarlo, a cuidarlo y para que lo mostremos al mundo de la manera más romántica. Todavía en Xochi vivimos así, salimos a la calle a cantarle y bailarle a un Niño Dios (el Niño Pa) porque lo amamos, cómo quieren que yo no viva en una realidad distinta y quiera cantar todo el día”, bromeó.
ORGULLOSA DE SU PROTAGONISTA
Michelle se siente muy satisfecha con la labor de Esmeralda Soto, pues incluso desde antes de sumarse al elenco ha fomentado la ruptura de estereotipos de belleza a través de su labor como actriz y en sus redes sociales, donde suma aproximadamente 1.8 millones de seguidores, 1.5 millones en Tik Tok y 296 mil en Instagram.
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“Es la mejor Mich que pudimos encontrar porque es una chica que entiende perfectamente lo que está pasando, ella está en el mismo lugar, es una chica que sueña con verse representada en los medios”, apuntó la actriz.
“Me parece congruente en su quehacer y su decir, sobre todo en redes sociales donde la sigue tanta chaviza. La conexión fue casi inmediata, cotorreamos y lloramos mucho, estoy orgullosa y feliz que viva todo esto, porque a eso venimos, a revolucionar”, finalizó.