Kyle Edward Ball construye su ópera prima basada en un experimento de terror en YouTube – El Sol de Sinaloa

El director Kyle Edward Ball se considera a sí mismo un “gatito asustadizo”. Se dice consciente de que ese temor no es algo que únicamente le suceda a él, por lo que guiado por su interés de comenzar a filmar proyectos basados en sus propios intereses, se dio a la tarea de grabar las pesadillas de las personas, y documentarlas en el canal de YouTube, Bitesized nightmares, que actualmente cuenta con 37 mil 300 suscriptores.

“La gente a veces comenta miedos muy similares. No puedes discutir con tu subconsciente, simplemente hace lo que él quiere, te guste o no. Todos como personas tenemos mucho en común, y esto fue algo que me abrió los ojos”, cuenta respecto de este ejercicio.

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Una vez con este proyecto en marcha, realizó un cortometraje titulado Heck, el cual sirvió como base para lo que sería su primer largometraje: Skinamarink: el despertar del mal, cuyo rodaje se realizó en la casa de su infancia, y con un presupuesto de 15 mil dólares.

“(El corto) me gustó, y dije ‘ok, esto me prueba que puedo hacer algo más ambicioso’. Después llegó la pandemia, me despidieron, y pensé que era el momento perfecto para hacerlo”.

Ambientada en 1995, la cinta presenta a dos niños que se despiertan en medio de la noche y descubren que su padre no está. Además todas las ventanas y puertas de su casa han desaparecido, y mientras tratan de distraerse viendo caricaturas, pronto se dan cuenta de que algo los acecha y no hay nadie que los proteja.

EL MIEDO QUE SE REINVENTA

Aunque con este largometraje el cineasta busca simplemente mantenerse fiel a su intención de crear cosas que a él le gusten, resaltó la capacidad del terror como género para reinventarse constantemente, y ofrecer al público ideas innovadoras.

“No necesitas mucho dinero para asustar a la gente. Están películas aterradoras como Actividad paranormal (2007) y El proyecto de la bruja de Blair (1999), incluso si vas más allá, tienes La noche de los muertos vivientes, en 1969”.

“Ha sido algo recurrente en el género, las películas se vuelven tan enormes, y luego llega una película de terror y lo resetea. El horror es el mejor en tomar un presupuesto bajo y hacer algo muy significativo. No necesariamente quiere decir que las películas con grandes presupuestos son malas, no, están lejos de serlo, pero como realizadores podemos tener ambas opciones”, agregó.

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Al preguntarle qué es lo que más le asusta a alguien que ha pasado tanto tiempo filmando las pesadillas de la gente, suelta una discreta risa, y lamenta que las crisis sociales y el estado actual del mundo siempre va a resultar más aterrador que cualquier pieza de ficción que pueda existir.

“Todos estamos muy ansiosos por el estado del mundo. Hay algunas películas que me da miedo ver, está esa película británica de los 80 que se llama Threads, que habla de una guerra nuclear, y eso a mí me da mucho miedo”, finalizó. Skinamarink: el despertar del mal se estrena este miércoles 10 en cines.

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