Un incendio, presuntamente provocado, dañó gravemente pinturas de la cultura totonaca en la zona arqueológica de El Tajín, el principal centro ceremonial del pueblo indígena mesoamericano asentado en el estado mexicano de Veracruz.
Habitantes del lugar y trabajadores del sitio ceremonial, ubicado en el municipio de Papantla, revelaron que el incendio quemó una membrana protectora de los murales, la cual quedó adherida a las obras realizadas entre el año 900 y 1000 d.c.
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La conflagración, presuntamente ocurrida la madrugada del miércoles, se registró en el área de El Tajín Chico, conocida como el edificio de Los Murales de la zona arqueológica Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En imágenes obtenidas por el periodista local Édgar Escamilla, se observa el plástico quemado sobre las pinturas totonacas, una civilización cuya ubicación temporal se dio entre los años 300 y 1520 d. C. en el clásico tardío y el posclásico.
Los totonacas, cuyos habitantes aún preservan sus costumbres y ceremonias, fueron un factor determinante para que el español Hernán Cortés pudiera “conquistar” a los aztecas.
Los historiadores relatan que la Cultura Totonaca se alió a los españoles para derrotar a los aztecas y quitarse la dominación de esa cultura del centro de lo que ahora es México.
El mural dañado había sido intervenido por los arqueólogos en 1984 y el centro ceremonial fue registrado como bien cultural material en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco desde 1992.
Hasta ahora ninguna autoridad ha manifestado algún posicionamiento sobre los daños.
La cultura totonaca ha heredado a la humanidad una de las ceremonias más reconocidas, conocida como la de Los Voladores de Papantla, donde piden al Padre Sol y a la Madre Tierra fecundar y traer alimentos en la cosecha.
Desde un alto palo, cuatro totonacas se lanzan con una cuerda amarrada para girar 13 veces cada uno de ellos, pues multiplicado por los cuatro voladores da como resultado el número 52, que simboliza el ciclo del Calendario Maya.