SHARM EL-SHEIKH. La cumbre del clima de Egipto, COP27, llegó a su ecuador sin que los países ricos hayan enviado a los países en desarrollo un mensaje claro sobre su posición en torno al debate de compensarlos por las pérdidas y daños causados en su territorio por los efectos del cambio climático.
Cuando se cumple una semana de cumbre, las frustraciones empezaron a aumentar, en un momento en que los negociadores buscan resolver un sinfín de detalles a tiempo para llegar a un acuerdo antes de la clausura de la cita, prevista para el viernes.
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La denominada fase “técnica” arrancó el 6 de noviembre con la inclusión, por primera de vez en la agenda de una cumbre del clima de la ONU, de un punto para decidir cómo financiar la compensación a los países más pobres por los daños sufridos por los efectos de un cambio climático causado mayoritariamente por las emisiones de los países más ricos.
La principal divergencia estriba en decidir a través de qué instrumento canalizar estas compensaciones: uno específico de nueva creación y vinculado a la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) o vía mecanismos ya existentes.
Los países en vías de desarrollo presionan para la creación de un fondo específico con el fin de tener más garantías de que habrá dinero destinado específicamente a pérdidas y daños, mientras que desde el otro bando se aboga por usar instrumentos ya existentes, como el Fondo Verde del Clima o el Fondo de Adaptación (ambos bajo el paraguas de la UNFCCC).
Con una larga lista de demandas para la COP27, los delegados de los países dijeron ayer que hasta ahora se había avanzado poco en los detalles técnicos sobre cómo cumplir los acuerdos y las promesas hechas en años anteriores.
Las promesas incluyen la reducción drástica de las emisiones que calientan el clima en esta década y la contribución de cientos de miles de millones de dólares que necesitan los países en desarrollo que ya están luchando para hacer frente a los impactos del cambio climático.
Un alto negociador frustrado, que habló bajo anonimato, dijo que la lentitud de las conversaciones en la ciudad turística de Sharm el-Sheikh, en el Mar Rojo, se verá obstaculizada por demasiados puntos de la agenda sin resolver.
Esto también complicará las conversaciones entre los ministros de los gobiernos sobre las llamadas decisiones de cobertura, que constituyen el acuerdo político central de la cumbre de dos semanas.
En la COP27 no hubo actos públicos ayer, denominado por los organizadores “día de descanso”, durante el cual miles de asistentes acudieron a las playas y tiendas turísticas locales.
Los negociadores nacionales, sin embargo, continuaron su trabajo.
“Los países en desarrollo siguen presionando para que se cree un fondo de financiación para pérdidas y daños que esté plenamente operativo en 2024”, dijo un negociador de América Latina, que habló bajo condición de anonimato debido a lo delicado de las conversaciones.
Según indicó, hay preocupación de que la propuesta se vaya a bloquear. Estados Unidos y la Unión Europea han bloqueado las peticiones de un nuevo fondo en años anteriores, pero los 27 países de la UE han dicho que están abiertos a discutir la idea.
Un negociador panameño calificó de “escandalosa” la falta de avances en una sesión de ocho horas sobre pérdidas y daños, mientras los delegados discutían el lenguaje del preámbulo de un documento de ocho páginas.