WASHINGTON. El caos aéreo se extiende en Estados Unidos tras la histórica tormenta invernal Elliot que causó la muerte de al menos 57 personas, la mitad de ellos en el estado de Nueva York.
El este y el sur del país experimentaron una subida de temperaturas al perder fuerza la tormenta, mientras que otro frente frío llegó a la costa oeste con nieve y lluvias, informó el servicio meteorológico nacional (NWS, en inglés).
A pesar del fin de Elliot, el caso aéreo continúa en Estados Unidos a pocos días de otra festividad, la de Año Nuevo: Ayer se cancelaron más de tres mil vuelos vuelos, y cerda de los dos mil se suspendieron para este día, según el portal Flight Aware, dejando en tierra a miles de pasajeros que tenían previsto viajar en las vacaciones.
Los más afectados son los usuarios de la aerolínea Southwest, que es la responsable del 63 por ciento de las cancelaciones y cuyas líneas de atención telefónica están saturadas.
Lyn Montgomery, presidenta de un sindicato de sobrecargos de Southwest, explicó a la cadena CNN que no hay “suficiente personal para los cambios de programación”, lo que ha derivado en “un efecto dominó que está generando caos en todo el país”.
Bob Jordan, director general de la compañía con sede en Texas, dijo al The Wall Street Journal que esperan más cancelaciones y retrasos en los próximos días.
La tormenta invernal ha obligado a Southwest a cancelar más de 12 mil vuelos desde el viernes. La compañía tiene un cronograma más agresivo que la mayoría de las otras aerolíneas en el país y tiempos de respuesta más ajustados para adaptarse a una red que conecta vastas extensiones de Estados Unidos.
Southwest Co. LUV.N obtiene la mayor parte de sus ganancias de vuelos nacionales y, a diferencia de otras grandes aerolíneas de Estados Unidos, depende más del servicio local en lugar de operar desde grandes centros. Eso deja a su personal vulnerable a quedarse varado en caso de interrupciones.
El gobierno estadounidense prometió examinar si Southwest está cumpliendo con su plan de servicio, según un tuit del Departamento de Transporte, que consideró “inaceptables” las cancelaciones y retrasos de la empresa así como la falta de respuestas adecuadas a los clientes.
El presidente estadounidense, Joe Biden, por su parte, aseguró en un tuit que su administración estaba trabajando para que las empresas “asuman sus responsabilidades”, mientras que la presidenta de un comité del Senado, Maria Cantwell, anunció su intención de investigar sobre las causas de la disrupción y su impacto en los pasajeros.
Mejorar la infraestructura informática es una de las principales demandas de los sindicatos de la empresa.
La acción perdió casi un seis por ciento en Wall Street ayer.-
Las otras principales aerolíneas del país también enfrentaron dificultades: Delta y United, cancelaron mil 835 y mil 257 vuelos respectivamente entre el jueves y el lunes, según FlightAware.
Pero con el aumento de las temperaturas, las operaciones se reanudaron ayer: American, United, Delta y JetBlue registraron tasas de cancelación de cero a dos por ciento. Pero no en Southwest.
El caos aéreo en Estados Unidos comenzó el pasado jueves con la llegada de la tormenta, que provocó la cancelación del 20 por ciento de operaciones en vísperas de Nochebuena, cuando miles de personas buscaban reunirse con sus familias.
El alcance de la tormenta ha sido casi sin precedentes, con temperaturas gélidas extendiéndose desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (también llamado río Bravo) a lo largo de la frontera con México.
Más de 200 millones de estadounidenses, alrededor del 60 por ciento de la población, se ha enfrentado a algún tipo de advertencia relacionado con el clima.
EMERGENCIA EN NUEVA YORK
El último balance de las autoridades elevó a 57 la cifra de víctimas mortales tras la tormenta y se espera que la cifra aumente en los próximos días.
El mayor número de muertes se han notificado en el estado de Nueva York, donde han fallecido al menos 31 personas por la ola de frío polar procedente de Canadá. Estas muertes, según la oficina del médico forense, se encuentran directamente relacionadas con el clima.
Algunas de las víctimas habrían muerto por problemas cardíacos al retirar la nueve, otros han sido encontrados en sus vehículos y al menos una persona ha fallecido por envenenamiento con monóxido de carbono.
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La tormenta ha dado señales de perder fuerza en la costa oeste. La gobernadora neoyorquina, Kathy Hochul, informó de que varias carreteras en la zona más afectada fueron reabiertas, así como los cruces fronterizos con Canadá.
Biden decretó el estado de emergencia e instó a coordinar las acciones que sean necesarias para “aliviar la adversidad y el sufrimiento” en el estado.
