WASHINGTON. El congresista republicano George Santos, que se inventó toda una carrera personal y política plagada de falsedades y que se resistía hasta ahora a abandonar su escaño, se mostró por vez primera dispuesto a dimitir, luego del escándalo revelado desde diciembre del año pasado.
Asediado por los periodistas en los pasillos del Congreso estadounidense, Santos –electo por un distrito de Nueva York-dijo : “Si 142 personas me piden dimitir, dimitiré”, según se ve en un video difundido este jueves en varios medios.
Aunque no aclaró qué significa esa cifra, coincide con los dos tercios del número de congresistas del Partido Republicano, que con 222 escaños tiene asegurada la mayoría en la cámara.
Santos se encuentra ante una presión cada vez mayor después de que la plana mayor del partido del distrito donde fue elegido -el condado de Nassau, al este de Nueva York- pidiera inequívocamente su dimisión tildándolo de “mancha” para la formación y pidiéndole no volver a poner un pie en las dependencias del partido.
Sin embargo, el diario estadounidense New York Times publicó que las mentiras de Santos eran bien conocidas por varios congresistas republicanos de peso.
Los medios han venido subrayando que si bien la rama local del Partido Republicano se mostró sin fisuras contrario a la continuidad de Santos, aún no lo ha hecho la dirigencia nacional del partido, lo que significaría la ruptura con el congresista y su incapacidad para seguir adelante.
El político republicano está en el ojo del huracán desde hace un mes, cuando New York Times develó que numerosas informaciones en su currículum sobre su familia, su religión, sus estudios, su carrera y hasta su militancia animalista eran pura invención, tras haber contrastado cada una de sus afirmaciones.
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Luciendo grandes anteojos, Santos se presenta en su sitio web como hijo de inmigrantes brasileños en busca del “sueño americano”, y además exhibe abiertamente su homosexualidad.
Santos dijo que se graduó de Baruch College en el uno por ciento superior de su clase y de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, pero nunca asistió a ninguna de las dos instituciones ni se graduó de la universidad.
También mintió sobre su experiencia laboral, afirmando falsamente que trabajó para Citigroup y Goldman Sachs.