Abraham Laboriel: “Si quitas el bajo de una canción, todos sienten un vacío” – El Sol de Sinaloa

Abraham Laboriel es una leyenda viviente. Miembro de una familia eminentemente musical -es hermano menor del fallecido Johnny Laboriel y de la cantante Ela Laboriel, además de padre Abe Laboriel, el actual baterista de Paul McCartney)- el músico ha participado en unas 5 mil grabaciones en las que ha dejado registro arropando a artistas de toda índole, desde Aretha Franklin hasta Elton John, pasando por Al Jarreau, Luis Miguel o Madonna.

Si prendes la radio ahora mismo, es muy probable que escuches algún éxito en donde Abraham toca el bajo. Podría ser “Rise”, de Herb Alpert; “Give Me the Night”, de George Benson; “MmmBop”, de Hanson; “Baby I Love Your Way”, de Big Mountain; “All Night Long”, de Lionel Richie o “Jam”, de Michael Jackson.

Incluso si no eres un clavado de la música, sería casi imposible que no hayas escuchado al menos una vez alguna canción en la que este hombre haya hecho sonar esas cuatro gruesas y potentes cuerdas. No en balde la revista Guitar Player lo describió como “el bajista de sesión más ampliamente utilizado de nuestro tiempo”.

Lo que no todos saben, es que en realidad de niño quería tocar la guitarra, y que fueron distintas circunstancias las que lo llevaron a cambiar de instrumento, como recuerda en entrevista con El Sol de México:

“Como a los cuatro años de edad perdí la yema del dedo índice de la mano izquierda, que es con la que se tocan las pisadas de la guitarra; de hecho, cuando llegué a Boston me registré como guitarrista, pero después de dos años comencé a tocar el bajo eléctrico y todas las puertas se comenzaron a abrir de par en par, porque mi estilo en ese instrumento no necesitaba de la yema del dedo índice”.

Ya con el bajo colgando, Laboriel fue contratado primero por uno de sus profesores y después por dos músicos que lo llevaron a formar parte por primera vez de las grandes ligas: Johnny Mathis y Henry Mancini, siendo este último quien lo animó a desempeñarse como bajista de sesión.

Después de tantos años en este instrumento, ¿ha cambiado su idea sobre lo que debe tener un buen bajista?

Bueno, cuando fui a grabar con Stevie Wonder la canción “I Was Made To Love Her”, todos se quedaron con los ojos cuadrados, porque normalmente el bajo se usaba al estilo del rock and roll y con eso era más que suficiente para ser un buen bajista, pero cuando ese día lo empecé a tocar de otra manera todos nos dimos cuenta de las posibilidades tan maravillosas que ofrece la música, así que creo que una de las características más importantes que los bajistas deben de tener es el estar conscientes de cómo la parte que están tocando eleva el sentimiento y el impacto de la canción.

Irónicamente, muchos consideran al bajo como el instrumento más discreto dentro de un grupo y eso hace que algunas personas no lo identifiquen a primera oída.

Sí, tú puedes poner la música en un estéreo y desaparecer el bajo con el ecualizador, pero cuando haces eso todo el mundo siente que hay un vacío enorme, quizá no saben por qué, pero así es como se puede descubrir la importancia del bajo… Aunque el bajo esté ausente, psicológicamente estamos esperando a qué hora va a sonar.

Luego de una pequeña pausa en la que parece reflexionar sobre el tema, agrega:

“Es verdad muchas personas no se dan cuenta de cuál es el bajo, y es nuestra tarea hacer que éste se note… Una vez tuve una buena conversación con Paul McCartney, donde me dijo algo que muy pocas personas saben: Que en la mayoría de las grabaciones de The Beatles, lo último que se agregaba era el bajo, esto porque él no quería comprometerse con una línea de bajo hasta escuchar todo lo que estaba desarrollando, así que siempre les dejaban un espacio para que él encontrara la línea de bajo correcta”.

Ya que menciona a McCartney, ¿qué significa para usted que su hijo Abe sea el baterista del ex Beatle?

Imagínate, un día que estábamos en el estudio grabando y Abe me dijo:

Papá, un día yo voy a ser baterista en los discos… Y 15 años después, ya siendo baterista de MCcartney nos invitó al estudio donde ambos estaban grabando y pues se me salieron las lágrimas, hasta le pedí disculpas a Paul por estar interrumpiendo la música tan linda que estaba tocando, y él me abrazó me dijo: No, no no estás interrumpiendo nada porque esto es un recuerdo maravilloso… Significa mucho para mí saber que mi hijo tiene las puertas abiertas en algo de tanto calibre y que se ha dado a querer mucho en todo el ambiente.

Sobre la importancia de Henry Mancini en su carrera, Laboriel recuerda que acababa de tocar en el disco Symphonic Soul, cuando dicho artista le dijo: Yo personalmente no puedo hacer nada para ayudarte, pero tus colegas de la música sí, por lo que le presentó a otros músicos, quienes un tiempo después lo comenzaron a contratar para distintas grabaciones:

“Desde esa época hasta hoy me han invitado a participar en más de cinco mil sesiones”, afirma.

Hablando de la cantidad de grabaciones en las que ha participado, ¿hay alguna que recuerde especialmente por alguna razón?

Desde chiquito mi papá me inculcó que importaba con quién o para quien tocara, que todo debía hacerlo con el corazón, y como así lo he hecho, sería difícil decidir cuáles son las más importantes, aunque a través de los años me han hecho muchos elogios por el trabajo que hice en una de las canciones de Donald Fagen y también con Joe Sample… También recibí muchos elogios por una de las canciones de Luis Miguel donde toqué, en fin, soy una persona muy bendecida y me siento lleno de satisfacción.

Este mes de noviembre, Abraham Laboriel recibirá el Premio del Consejo Directivo del Latin Grammy, lo cual ve como un reconocimiento a su trayectoria musical y como una distinción que lo hace feliz.

Escucha aquí una selección de los éxitos en los que Abraham Laboriel ha tocado el bajo.

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